Habanera oscura

Hemos borrado
el apellido de Julio,
el filtro de calor
superpuesto
en una foto de verano,
los días que empezaba
a enamorarme,
las promesas que se abren
como flores
que se ofrecen,
en coronas,
a los muertos.

Tampoco recuerdo
el naufragio de la noche,
las pilas bautismales
de los libros
con historias sumergidas,
las navidades en casa,
o Júpiter
al otro extremo
de los telescopios.

Te ofrezco también
el rincón de bohemia,
la magia oscura,
la materia oscura,
los países
que conforman
Yugoslavia.

Y dejo también
un puñado de ventanas,
habaneras
y bailes de silencio
en las cocinas;
y la voz profunda
de la radio,
y la voz quebrada
de un poema,
y un poema inacabado,
y un garabato,
y un vaso de leche
y un regaliz negro.

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