Salvaje

Tu cuerpo es una profecía
a la que vine a tropezar
conscientemente,
y mientras escribo mi historia
recaigo sobre los muelles
azules del olvido.

Mi sueño es una jaula
a la que sigo encadenado,
desde ella señalo las rutas del cielo
que persiguen las aves migratorias;
mi sangre es el albero
sobre el que bufan las bestias
que dormitan en las hojas.

¿Qué es el amor?
¿Qué es la muerte?

Los espíritus salvajes aúllan
a las lunas invisibles,
tras el rastro del almizcle
de los ciervos;
y muestran los dientes
a las manos que trituran
los peciolos de las plantas
de la henna.

¿Qué más puedo decir?

Yo camino por las calles
domésticas de la vida,
en quietud y en camino,
con la piel animal desollada
de mi ropa.

Mi aliento se descompone.

Mi corazón ahora es negro.

Contamino las partículas
del aire.

Restringido en las aceras,
semáforos en rojo;
se detienen los pasos del caballo
que galopa
por mis venas.

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